La casa, remodelada para ofrecer un perfecto equilibrio entre el confort y la tradición, es un enclave ideal para conocer Gredos y El Jerte.
A ocho kilómetros de Oropesa, a las afueras de un pueblecito llamado Alcañizo, la finca de Los Arcos del Egido recibe al huésped con el cuac-cuac de sus gansos y un rico olor a comida casera. Sólo cuatro habitaciones componen la oferta de esta recóndita casita ambientada en estilo rústico y personalizada con las más diversas reliquias familiares.
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